Seguros en las manos de Jesús.


Cuando Satanás escuchó las palabras “pondré enemistad entre ti y la mujer,
y entre tu simiente y la simiente suya”, sabía que se daría poder a hombres
y mujeres para resistir sus tentaciones. Advirtió que su aspiración a ser príncipe
del mundo recién creado habría de ser desafiada; que vendría Uno cuya obra sería
fatal para sus propósitos malignos; que él y sus ángeles serían vencidos para
siempre. Su certeza de poseer cierto poder, su sentido de seguridad, se esfumó.
Adán y Eva habían cedido a sus tentaciones, y su posteridad sentiría la fuerza
de sus asaltos. Pero ellos no quedarían sin un ayudador. El Hijo de Dios vendría
al mundo, para ser tentado en lugar de nosotros y vencer en lugar de nosotros.
Hay enemistad entre los seres humanos caídos y Satanás únicamente si se
colocan a sí mismos de parte de Dios y rinden obediencia a la Ley de Jehová.
Esto les trae poder para resistir los ataques de Satanás. Es por medio del sacrifi
ció de Cristo que son habilitados para obedecer... El Hijo de Dios, al llevar la
naturaleza humana y ser tentado en todo como nosotros, enfrentó y resistió los
asaltos del enemigo. Y en su fuerza los seres humanos pueden ganar la victoria,
enfrentar al tentador y no ser vencidos por sus artifi cios y sus presentaciones
presuntuosas. Al aceptar a Cristo como un Salvador personal, los hombres y
las mujeres pueden mantenerse fi rmes contra las tentaciones del enemigo. Los
seres humanos pueden tener vida eterna si aceptan los principios del Cielo y
permiten que Cristo someta el corazón y la mente a la obediencia a la Ley de
Jehová.
Cristo vio el significado de los artificios de Satanás, y hasta el fin de su
lucha y prueba se mantuvo fi rme en su resistencia, negándose a apartarse de su
lealtad a Dios...
De la manera en que Satanás tentó a Cristo, él tienta hoy a toda alma. Busca
controlar a toda persona con su razonamiento. El Salvador nos advierte contra
entrar en controversia con él o con sus agencias: no hemos de enfrentarlos,
excepto en el terreno bíblico de un “Escrito está”. Mientras menos tengamos
que ver con los argumentos de los que se oponen a Dios, más fi rme será nuestro
fundamento. Hemos de repetir lo menos posible los argumentos formados
por Satanás. Que cada alma tentada siga contemplando los principios que son
enteramente de arriba, recordando la promesa: “Pondré enemistad entre ti y la
mujer” (Gén. 3:15) –Review and Herald, 3 de mayo de 1906.
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna;
y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Juan 10:27, 28.


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Los seguidores de Cristo.

Si los seguidores de Cristo buscaran con fervor la sabiduría, serían guiados a terrenos ricos de verdad, que ahora desconocen enteramente. El que se entregue plenamente a Dios, será guiado por la mano divina. Puede ser humilde y sin talentos al parecer; sin embargo, si con corazón amante y confiado obedece toda indicación de la voluntad de Dios, sus facultades se purificarán, ennoblecerán y vigorizarán, y sus capacidades aumentarán. A medida que atesore las lecciones de la sabiduría divina, se le confiará una comisión sagrada; y será capacitado para hacer de su vida un honor para Dios y una bendición para el mundo.

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Como arreglar vuestros problemas.


Debiéramos examinar cuidadosamente nuestra relación con Dios y con nuestros prójimos. Pecamos continuamente contra Dios, pero su misericordia continuamente nos ampara. Con amor soporta nuestras perversidades, nuestro descuido, nuestra ingratitud, nuestra desobediencia. Nunca se impacienta con nosotros. Insultamos su misericordia, agraviamos su Santo Espíritu, lo deshonramos delante de los hombres de los ángeles, y sin embargo no falla su compasión. El pensamiento de la tolerancia de Dios con nosotros debiera hacernos mutuamente tolerantes. Cuán pacientemente debiéramos tolerar las faltas y errores de nuestros hermanos, cuando recordamos cuán grandes son nuestras faltas a la vista de Dios. ¿Cómo podemos orar a nuestro Padre celestial: "Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mat. 6: 12), si somos... exigentes en nuestro trato con otros?...

Se necesita velar especialmente para mantener vivos los afectos, y nuestro corazón sensible a lo bueno que hay en el corazón ajeno. Si no vigilamos en esto, Satanás pondrá celos en nuestra alma; pondrá sus anteojos delante de nuestros ojos para que veamos las acciones de nuestros hermanos distorsionadas. En vez de mirar críticamente a nuestros hermanos, debiéramos volver nuestros ojos dentro de nosotros y estar dispuestos para descubrir los rasgos objetables de nuestro carácter. Al comprender debidamente nuestras propias faltas y fracasos, las faltas ajenas se hundirán en la insignificancia (Review and Herald, 24-2-1891 ). 184

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Los intereses eternos, están en juego.

¡Cuánto más importante es que el cristiano, cuyos intereses eternos están en juego, sujete sus apetitos y pasiones a la razón y a la voluntad de Dios!

Nunca debe permitir que su atención sea distraída por las diversiones, los lujos o la comodidad.
Todos sus hábitos y pasiones deben estar bajo la más estricta disciplina.

La razón, iluminada por las enseñanzas de la Palabra de Dios y guiada por su Espíritu, debe conservar las riendas del dominio.

Todo hábito o práctica que conduce al pecado o deshonra a Cristo, debe abandonarse, cualquiera que sea el sacrificio.

La bendición del cielo no puede descender sobre ningún hombre que viola los eternos principios de la justicia. Un solo pecado acariciado es suficiente para degradar el carácter y extraviar a otros. HAp 251.3.

Dibujo

Para consolidar en el hogar.


Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará. (Prov. 24: 3).
El que creó a Eva para que fuese compañera de Adán realizó su primer milagro en una boda. . . Con su presencia sancionó el matrimonio, reconociéndolo como institución que él mismo había fundado. Había dispuesto que hombres y mujeres se unieran en el santo lazo del matrimonio, para formar familias cuyos miembros, coronados de honor, fueran reconocidos como miembros de la familia celestial.-MC 275.

Como todos los otros buenos dones confiados por Dios a la custodia de la humanidad, el casamiento fue pervertido por el pecado; pero es propósito del Evangelio devolverle su pureza y belleza. . .
La gracia de Cristo es lo único que puede hacer de esta institución lo que Dios quiso que fuera: un medio de bendecir y elevar a la humanidad. Así pueden las familias de la tierra, en su unidad, paz y amor, representar la familia del cielo. La condición de la sociedad ofrece un triste comentario acerca del ideal que tiene el Cielo para esta relación sagrada. Sin embargo, aun a aquellos que encontraron amargura y chasco donde habían esperado obtener compañerismo y gozo, el Evangelio de Cristo ofrece solaz.-HA 85. 

La paciencia y la gentileza que su Espíritu puede impartir, endulzarán la amarga suerte. El corazón en el cual mora Cristo, estará tan lleno, tan satisfecho de su amor, que no se consumirá anhelando atraer simpatía y atención a sí mismo. Y por medio de la entrega del alma a Dios, su sabiduría puede llevar a cabo lo que la sabiduría humana no puede hacer. Por medio de la revelación de su gracia, los corazones que una vez fueron indiferentes o estaban apartados, se pueden unir. . . 

Los hombres y las mujeres pueden alcanzar el ideal de Dios para ellos si quieren hacer de Cristo su Ayudador. Lo que la sabiduría humana no puede hacer, lo hará su gracia por aquellos que se entregan a sí mismos a él con confiado amor. Su providencia puede unir corazones con vínculos de origen celestial.-RH 10-12-1908. 116