Feliz Sábado.


El sábado es la piedra de toque de Jehová, y ningún hombre, aunque sea rey, sacerdote o gobernante, tiene derecho a colocarse entre Dios y el hombre. Los que quieren ponerse por conciencia de sus semejantes, se colocan por encima de Dios. Los que se encuentran bajo la influencia de una falsa religión y observan un falso día de reposo descartarán las pruebas más evidentes concernientes al sábado. Procurarán compeler a los hombres a obedecer las leyes inventadas por ellos en oposición directa a la ley de Dios... La ley relativa a la observancia del primer día de la semana proviene de una cristiandad apóstata... En ningún caso deben rendirle homenaje los hijos de Dios.—Joyas de los Testimonios 3:397. MGD 59.4

Hemos de reconocer los gobiernos humanos como instituciones ordenadas por Dios mismo, y enseñar la obediencia a ellos como un deber sagrado, dentro de su legítima esfera.

Pero cuando sus demandas estén en pugna con las de Dios, hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres. La palabra de Dios debe ser reconocida sobre toda otra legislación humana. Un “Así dice Jehová” no ha de ser puesto a un lado por un “Así dice la iglesia” o un “Así dice el estado”.—Los Hechos de los Apóstoles, 56. MGD 59.5

Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Hechos 5:29. MGD 59.1

Feliz Sabado

¿Busca Dios la perfección en nosotros?‏

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mateo 5:48. AFC64 132.1

Cristo presenta delante de nosotros la más alta perfección del carácter cristiano, que deberíamos procurar alcanzar durante toda la vida. ... Pablo escribe acerca de esta perfección: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo ... Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús ...”. Filipenses 3:12-15. AFC64 132.2

¿Cómo podemos alcanzar la perfección especificada por nuestro Señor y Salvador Jesucristo: nuestro gran Maestro? ¿Podemos hacer frente a sus requisitos y alcanzar una norma tan elevada? Podemos, pues de lo contrario Cristo no nos lo hubiera ordenado. El es nuestra justicia. En su humanidad, ha ido delante de nosotros y ha efectuado para nosotros la perfección del carácter. Hemos de tener la fe en él que obra por el amor y purifica el alma. La perfección del carácter se basa en lo que Cristo es para nosotros. Si dependemos constantemente de los méritos de nuestro Salvador, y seguimos en sus pisadas, seremos como él, puros e incontaminados. AFC64 132.3

Nuestro Salvador no requiere lo imposible de ninguna alma. No espera nada de sus discípulos que no esté dispuesto a darles gracia y fortaleza para realizar. No les pediría que fueran perfectos, si junto con su orden no les concediera toda perfección de gracia a aquellos sobre los que confiere un privilegio tan elevado y santo. Nos ha asegurado que está más dispuesto a dar el Espíritu Santo a los que lo piden, que los padres a dar buenas dádivas a sus hijos. AFC64 132.4

Nuestra obra es esforzarnos para alcanzar, en nuestra esfera de acción, la perfección que Cristo en su vida terrenal alcanzó en cada esfera del carácter. El es nuestro ejemplo. En todas las cosas, hemos de esforzarnos para honrar a Dios en carácter. Al no alcanzar, día tras día, los requerimientos divinos, estamos poniendo en peligro la salvación de nuestra propia alma.—Manuscrito 48, 1902. AFC64 132.5
 20121207