Como en los días de Noé.

Antes de la destrucción del mundo antiguo por un diluvio, había hombres talentosos, hombres que poseían habilidad y conocimiento. Pero se corrompieron en sus pensamientos porque dejaron de lado a Dios en sus planes y consejos. Eran sabios en hacer lo que Dios nunca les había dicho que hicieran; sabios para hacer el mal. Durante ciento veinte años les envío amonestaciones mediante su siervo Noé. Pero usaron el tiempo de gracia que tan bondadosamente se les concedía para ridiculizar a Noe. Lo Caricaturizaron y Criticaron. Hablaban de la ciencia y de las leyes que rigen la naturaleza. Entonces tomaron a mofa las palabras de Noé, llamándolo loco fanático. Se termino la paciencia de Dios , y dijo a Noé: he decidido el fin del todo ser, porque la tierra esta llena de violencia a causa de ellos, y he aquí yo los destruiré con la tierra”Gen 6:13(MS 29, 1890)

El Yo era su Dios usándolos para complacer sus deseos egoístas y el Conocimiento de Dios quedo en segundo plano por corruptas pasiones. Contemplando el mundo, vio Dios que el intelecto que había dado al ser humano estaba pervertido, la imaginación era continuamente hacia el mal. Les había dado ideas valiosas para que pudieran haber llevado el plan divino. Pero vio que aquellos hombres que les había dado sabiduría tacto y juicio, estaban usando cada facultad de la mente para glorificar el yo. Los antediluvianos tenían mucha sabiduría eran recién salidos de la manos del creador, pero la usaron para el mal. Tenían capacidades de inteligencia inmensas. El vigor del intelecto de los que viven ahora no se puede comparar con los antiguos. Con los antediluvianos desaparecieron mas artes y capacidades que las que hay hoy día. Estos hombres eran vigorosos que vivían hasta los mil años de edad y los que tenían cien años eran considerados como jóvenes. Esos longevos tenían mente y cuerpo sanos. Su fortaleza mental y física era tan grande, que la débil generación de hoy no se puede comparar con ellos. Disponían casi mil años de adquirir conocimiento. Entraban en la etapa de plena actividad entre los sesentas y cien años.

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