La vida de Jesús estuvo exenta de todo orgullo y ostentación.
Jesús enseñó que la
religión de la Biblia no consiste en una exclusividad egoísta, en el
contentamiento personal, sino en practicar obras de amor, en proporcionar el
mayor bien posible a otros, en la genuina bondad. Su vida estuvo exenta de todo
orgullo y ostentación. ... Aunque era el Creador de todos los mundos, sin
embargo testificó de sí mismo mientras estuvo en la tierra que “las zorras
tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene
donde recostar la cabeza”. Mateo 8:20. AFC64 102.2
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